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Resolviendo la ansiedad a través de la Hipnosis

Actualizado: 11 oct 2022

Imagina que en un día cualquiera, mientras haces cualquiera de tus actividades cotidianas, comenzaras a experimentar una serie de sensaciones físicas y emocionales que te llevan a un estado de nerviosismo, miedo, incomodidad, debilidad y pérdida del control; comenzando por una inexplicable aceleración cardíaca (taquicardia), sudoración de las manos, sensación de frío o calor extremos en el cuerpo o el rostro, adormecimiento y hormigueo o entumecimiento de tus miembros como brazos y piernas, parálisis facial, vista nublada, sonidos chirriantes en los oídos, insomnio, sensación inminente de muerte, pesadillas recurrentes, ataques de pánico, miedo irracional (paranoia) a salir de tu casa, pérdida del cabello, pérdida de peso, necesidad de comer compulsivamente, ideas obsesivas sobre morir o ser perseguido, depresión, cansancio emocional al nivel de desear la muerte, falta de apetito, pérdida de interés en lo que comúnmente nos gustaba, pérdida de la líbido, toma de decisiones basadas en la paranoia o sensación de amenaza constante o persecusión, etc.

Los síntomas de la ansiedad son múltiples y diversos y sin importar la cantidad o calidad de estas manifestaciones físicas, psíquicas o emocionales, es verdad que las personas que la padecen suelen sufrir muchísimo porque se encuentran incapacitadas para vivir una vida normal. En ocasiones, se vuelven muy solitarias porque entablar relaciones interpersonales saludables se les dificulta muchísimo, no se sienten cómodos con ellos mismos, mucho menos al momento de relacionarse con otros; pueden perder la salud desarrollando cualquier cantidad de enfermedades como alergias, trombosis, parálisis, diabetes, ataques cardíacos, derrames cerebrales, en fin.


Lo preocupante de esto es que justo cuando acuden a un centro de salud y son sometidos a las pruebas y análisis biológicos necesarios para descartar cualquier patología, los exámenes arrojan el resultado de que NO hay nada. El personal médico se concreta a decir que no tienen nada y que necesitan "calmarse", tomar vacaciones o serenar la mente; entonces imaginemos cómo lo anterior complica el estado ansioso de la persona. No sólo porque no está recibiendo la ayuda, sino porque no comprende qué le pasa, nadie le explica los procesos mentales, químicos y físicos que están ocurriendo en su cuerpo y peor aún, no tiene idea de cuál es la causa, lo que termina por hundir a estas personas en un estado de aislamiento y desesperanza negativos que a veces convierten esa ansiedad en un estado crónico que afecta sus vidas al nivel de la discapacidad.


El psicólogo, aquél verdaderamente comprometido con su labor, le facilitará algunas técnicas para calmar la mente y le ayudará en el proceso de serenar a la persona, pero nada más. El psiquiatra se concretará a medicar a la persona con drogas que le permitan aliviar esos estados de vigilia (insomnio) o algunas crisis que les permitan volver a la funcionalidad cotidiana como salir de casa a trabajar, socializar y cumplir con sus demás tareas. Sin embargo, el problema que originó dicha ansiedad jamás es tratado de raíz y aunque es una mezcla de factores, lo cierto es que la persona nunca se recupera del todo y queda atrapada en esta dinámica de codependencia farmacéutica y de toma de decisiones impulsivas como consecuencia de sus estados ansiosos y de auto protección, mermando así su calidad de vida y sus relaciones.


Durante varios años, hemos ayudado a varias personas con el tema de su ansiedad, trabajando desde el inconsciente y no con "sugestiones", sino con indagaciones que nos permitan saber qué hay detrás y lo que he podido constatar es lo siguiente:


1. La ansiedad es la manifestación física de un estrés crónico, sostenido en el tiempo y que no ha encontrado la manera de resolverse. Son personas que han guardado por mucho tiempo la realidad de sus emociones respecto a lo que les sucede. Son personas que nunca han resuelto ni mucho menos expresado lo que les duele, les molesta, les asusta. Son personas que se mantienen en un estatus QUO, donde deciden mantener la ecuanimidad antes que explotar o simplemente expresarse, son personas que usualmente ocultan un gran dolor o un gran enojo y probablemente ellas no lo saben, tal vez se trata de la manifestación de un trauma ocurrido en la infancia y que no se ha mirado o resuelto.


2. La persona que desarrolla estos episodios de ansiedad (la ansiedad en si misma) probablemente heredó el patrón de pensamiento ansioso ya sea de su madre, de su padre o de ambos y este patrón se consolidó durante la infancia mediante el aprendizaje. Es decir, el niño presenció y adquirió de manera natural la forma ansiosa en que alguno de sus padres entendía y resolvía los problemas de la vida en la cotidianidad.


3. La persona ansiosa, tiene un proceso cognitivo conductual específico, basado no sólo en la repetición casi obsesiva de las ideas, sino que esas ideas o recuerdos son literalmente experimentados a través de todos los sentidos de la persona, únicamente con pensarlo, es decir, la persona re experimenta el trauma, el miedo o el dolor que una situación le causó con el simple hecho de procesarlo en su mente. Es bastante similar al transtorno obsesivo compulsivo, donde una idea se repite y se cuestiona en un ciclo sin fin, hay una gran dificultad para dejar de re pensar las cosas y normalmente sus conclusiones tienden a ser más bien negativas o catastróficas.


4. La persona que desarrolla ansiedad tiene una gran dificultad para dar las cosas por sentado, los mismos procesos mentales de repetición le obligan a desarrollar ciertas características en su personalidad. Probablemente de niños, vivieron en un ambiente hostil, de muchas peleas, desconfianza, recriminaciones e inseguridad y es muy común que alguno de los padres padeciera alguna condición emocional como bipolaridad, esquizofrenia, depresión, autismo o alguna otra donde los cambios de ánimo eran constantes y fue un ambiente tan impredecible para el niño que este aprendió a detectar los mínimos detalles del ambiente, de la personalidad de las personas, de lo dicho, lo no dicho, lo expresado, lo no expresado y lo sutil. Estos niños desarrollaron una personalidad extremadamente analítica y paranoica.


5. La persona ansiosa, guarda dentro de si una gran hostilidad, y aunque de más joven tal vez tuvo la oportunidad de llevar a cabo alguna catársis mediante el deporte o el carácter explosivo, con el tiempo y como consecuencia de las normas familiares o sociales ha venido reprimiéndose durante muchos años. Fue un niño incapaz de defenderse, expresarse, huir o sostenerse de un sistema familiar enfermo e inseguro y en la adultez, llevará su desconfianza a veces a niveles extremos en aras de auto protegerse del dolor, del abandono o del rechazo.


6. La persona ansiosa desea profundamente liberarse de esos viejos condicionamientos emocionales pero oculta esos deseos en lo más profundo de su ser, convirtiéndose en una persona extremadamente responsable, cumplida, protectora, disciplinada o rígida y cumplir ese rol de auto exigencia lo desvaloriza porque impide que sus verdaderos anhelos y deseos se manifiesten con congruencia. Antepone los intereses de los demás por sobre los intereses propios, se auto sacrifica en aras de un bien mayor o en aras de cumplir su responsabilidad y vive atrapado en la constante necesidad de ser fuerte, mantenerse de pie, resistir, aguantar, tolerar, callar y continuar... hay una constante sensación de sentirse atrapados en sus propio sistema de creencias que, aunque les brinda seguridad, también les priva de experimentar mucho de lo que también desean.


7. Cuando nos sometemos a un estrés constante, este se vuelve crónico y nuestro sistema inmune que tiene su base de operaciones en el sistema nervioso central, se desquicia y se aniquila. A veces, antes de que esto suceda, el cuerpo va a manifestar a través de síntomas físicos que ese estrés crónico necesita resolverse o liberarse y uno de esos tantos síntomas físicos, es la ansiedad.


Con todo lo anterior deseo compartirte que la ansiedad tiene su origen único y personal, pero que hay una serie de factores "universales" que la propician y es importante que escuches a tu cuerpo, que dejes de creer que no hay solución y que busques las herramientas que te ayuden a controlarlo.


Lo que yo hago y siempre ha funcionado en un alto porcentaje, es intentar resolver esos momentos traumáticos de la infancia para liberar ese miedo, ese enojo, esa frustración, esa impotencia, esa decepción y esa tristeza. Posteriormente, la persona debe trabajar disciplinadamente en cambiar por completo su estructura de creencias y jucios, flexibilizar su forma de pensar, modificar la calidad de sus pensamientos, modificar su postura física, su escritura, realizar ejercicios de liberación y generar un hábito de meditación para calmar la mente.


Las personas demasiado sensibles son más propensas a generar estados de ansiedad y es a través de permitirse expresar esas emociones que la ansiedad no podrá apoderarse de ellas. Controlar la mente no es cosa sencilla, requiere de mucha práctica y mucha disciplina, sin embargo, la ansiedad es más bien un tema EMOCIONAL, donde la persona lleva muchos años resistiendo, callando, guardando, sosteniendo, sacrificando, tragando, tolerando en silencio y en soledad un dolor muy profundo.


Y recuerda, no sólo eres un cuerpo físico, posees un cuerpo energético, un cuerpo espiritual, un cuerpo mental y un cuerpo emocional e intentar resolver un problema que fue generado desde varias aristas, es absurdo y negligente. Recuerda también que iniciar el camino del autoconocimiento te va a ayudar a sanar desde tu propia trinchera y desde tu propia y personal manera de hacerlo. Recuerda que eres amado, que fuiste deseado y concebido por una conciencia mayor, que eres importante, que mereces estar bien, que ya no es necesario llevar esa carga, que el pasado ya quedó atrás, que ese niño ahora tiene quien lo proteja, que puedes expresarte con libertad, que puedes sostenerte a ti mismo, que no hay nada malo contigo, que eres un maravilloso ser humano, que vienes a dar y recibir amor y que no estás sólo.


Autoría: Maribel Ortega, Solaris de Gaia Sanación Theta®, México. Octubre 11, 2022


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