top of page

Protege tu mente y tus emociones


Nuestra mente, está hecha para percibir, analizar, interpretar información y después, transmitir la conclusión mediante sensaciones, pensamientos y emociones.Es muy común, el permitir que ideas nocivas, tristes o negativas permeen en nuestra mente y por ende, en nuestras emociones, manifestándose después como estados complejos de ansiedad, estrés, preocupación, desvalorización o tristeza. No estamos entrenados para evitarlo, ni siquiera somos conscientes de la enorme influencia que ejerce sobre nuestra energía y estado de ánimo, todo lo que ocurre alrededor, incluyendo los estímulos más diminutos e insignificantes.


Si voy por la calle y alguien me mira con alguna intención negativa, si en el transporte las demás personas discuten o se molestan, si fui con mi jefe y este me negó el incremento de sueldo, si miré una fotografía en la que algún animalito está sufriendo, si el día de mi cumpleaños no me felicitan porque lo olvidaron, si los días que voy a la playa está lluvioso y frío, o si alguien, por alguna razón, no te contesta un mensaje.Todo lo que ocurre a nuestro alrededor es un complejo conjunto de situaciones y asociaciones casuales, ocurriendo de manera aparentemente azarosa y objetiva, sin embargo, y por alguna extraña razón, nuestra mente lo envía al archivo de “situaciones que me afectan negativamente”, siempre estamos proyectando nuestros propios estados de consciencia en lo que ocurre en el “exterior”, nuestro cerebro decide, inconscientemente, interpretar y canalizar dichos eventos de forma negativa, y mientras más rígida e inflexible sea nuestra estructura mental, más vulnerables nos sentiremos, respecto a lo que ocurre en nuestro entorno y a la forma en como lo percibimos.


Es tiempo de cambiar el paradigma y la costumbre de interpretar negativamente lo que nos sucede, es tiempo de entrenar a nuestro cerebro para que fortalezca dichas percepciones desde ángulos más neutrales y positivos, no olvidemos también, que nuestra “expectativa”, siempre está jugando un papel muy importante, pues, si esta no se cumple en la forma en que la imaginamos, tendemos a sentir un alto nivel de frustración, duda, ansiedad y desánimo que termina, nuevamente, en un estado de estrés. El autoestima es un factor determinante también, si somos conscientes de lo que somos y entendemos que nuestro valor no proviene de lo que sucede afuera, sino de lo que ocurre adentro, y que todo lo que observamos a través de nuestros sentidos, no es más que una interpretación de la información y que no implica verdades universales ni hechos reales, entonces nuestra percepción no estará distorsionada.Es muy fácil anclarnos en ideas negativas y crear largas y conmovedoras historias detrás de lo “malo” que nos ocurre, con el tiempo, alimentamos esas historias y las hacemos cada vez más dramáticas y trágicas, empezamos a sentirnos indefensos ante la idea de no encontrar explicaciones lógicas y comenzamos a entrar en un círculo sin fin de ideas pesimistas que nos drenan la creatividad, el entusiasmo y la motivación.Hay muchas estrategias, para evitar caer en el juego de la mente pesimista, cada una, pensada en las características de la persona que piensa aplicarlas en sí misma, sin embargo, es muy sencillo, por ejemplo:“Tu novio(a) y tú, quedaron de salir de campamento este fin de semana, lo han planeado por semanas, tú ya apartaste estos días, pospusiste compromisos y preparaste tu mochila durante la semana, el viernes en la noche, tu novio(a) te dice que no podrá ir contigo porque su jefe le ha solicitado apoyo para solucionar un problema en el trabajo y él no puede rechazar la instrucción, pues sabe que de ello depende su estancia en el trabajo. Entonces tú, que viviste los últimos días bajo la expectativa de salir con él, comienzas a experimentar ciertas sensaciones, tal vez un hormigueo en las manos y en el rostro, tal vez sientes que se incrementa la temperatura de tu cara o tu cuerpo, tal vez sufras palpitaciones, un hueco en el estómago e incluso, puedes experimentar resequedad en la boca, náusea y hasta la sensación de llorar y debo decirte que, esas sensaciones son meramente biológicas e inconscientes y no sólo están conectadas a tu propia historia y experiencias pasadas, sino que, están ligadas a un pasado ancestral que, incluso, te trasciende a tí misma(o).


Ahora bien, en el teléfono, puedes “aparentar” serenidad y comprensión, decirle que está bien, que ya lo planearán para otra ocasión (en el caso de que hagas un esfuerzo por ser prudente y “maduro”), pero también, puede ser que decidas explotar, llorar, gimotear, preguntar y exigir explicaciones y soluciones en afán de hacerle entender a la otra persona que no estás de acuerdo y que no tienes ninguna flexibilidad, porque tú “también importas” y tu tiempo es valioso y lo habías planeado y ya tenías todo listo y etc., etc., etc.


Hasta el momento, creemos que la mejor respuesta es la segunda, porque, aunque parezca algo sumamente infantil, lo cierto es que estás permitiéndote expresar lo que realmente estás sintiendo y a la larga y al margen de los resultados finales, tu cuerpo se sentirá mucho mejor y no habrá secuelas tóxicas en tu organismo.Bien, ya hemos planteado este escenario, es importante que sepas que, las reacciones primarias en tu cuerpo, no podrás evitarlas, cuando recibas una noticia o una reacción que no esperas, tu cuerpo siempre habrá de reaccionar, es un proceso biológico que nos prepara para huir, para escondernos o para pelear, todo en aras de darnos superviviencia y esa es una verdad absoluta, contra lo que es natural, no podremos hacer nada, sin embargo, podemos utilizar estas mismas conexiones para aminorar el estrés o el enojo que nos provoca alguna situación, por ejemplo, cuando termines de recibir la noticia que rompe con tu entusiasmo, debes, inmediatamente reconectar cualquier acción que te permita mantener ese estado de alegría, piensa, ¿qué cosas te provocan mayor energía o mayor alegría?, te pondré un ejemplo:“Cuando saltas, cuando cantas, cuando bailas o cuando dices palabras o frases que te hacen sentir bien, de inmediato, tu cuerpo se energetiza, porque no sólo las acciones físicas se ligan a emociones de placer y alegría intensa, también las palabras logran generarte estados de tranquilidad, serenidad o amor”.Tu cerebro, va a generar una reacción en cadena, si tú, limitas la sensación negativa sustituyéndola por una emoción positiva, es muy probable que todas tus respuestas y reacciones a partir de ese momento, se encaminen, inconscientemente a un resultado más positivo, menos estrés, menos decepción, menos conflicto, menos resistencia y por ende, podrás retomar las situaciones desde la aceptación y desde un estado de ánimo más positivo y alegre.Haz la prueba, si te cancelan a última hora después de días de haberte preparado, comienza a saltar, mientras cantas una canción y sólo repite las palabras “TE AMO” y verás que la forma en que comienzas a percibir la situación, cambia drásticamente, pues tu mente está anclando toda esta información a esta nueva percepción, así, la próxima vez que se repita la misma situación, muy probablemente tu mente te conecte a un estado de alegría, gracia y diversión, recordando el día que te dieron una noticia semejante y tú sencillamente hiciste estas cosas “locas”, que en apariencia lo son, pero para tu mente no es más que información que acata y repite cuando es necesario.Aprende a romper estas conexiones neuróticas y pesimistas y cámbialas por otras más positivas, no permitas que la información a la que, tu mente se ha anclado en el pasado, sea la que domine tus estados actuales de reflexión y de toma de decisiones, porque lo que sea que ocurra a tu alrededor, no podrá afectarte de manera negativa si tú no lo permites.


Mary O.

Hipnosis, PNL & BNE

    
 
 
 

Comments


bottom of page