El conflicto emocional que afecta al PULMÓN
- Maribel Ortega

- 18 abr 2019
- 5 Min. de lectura
Existe un sentido biológico para la enfermedad, el cuerpo humano, como sistema integral altamente eficiente, cuyo propósito original es brindar equilibrio y supervivencia al hombre, desarrolla diversos procesos que buscan estabilizar el organismo cuando nos encontramos viviendo momentos de estrés constantes o bien, cuando hemos enfrentado algún shock emocional fuerte, tiene como fin único el responder con velocidad y eficacia a los estímulos externos e internos sufridos en algún momento.
La enfermedad, aunque pareciera una disfunción que en ocasiones pone en riesgo nuestro bienestar, lo cierto es que se trata de un proceso biológico, generado por nuestro sistema nervioso para ayudar al organismo a sobrellevar los diversos conflictos de la vida cotidiana, siempre, con el programa inconsciente de hacernos vivir.
En este apartado, describiremos los posibles aspectos que pueden influenciar alguna deficiencia en los pulmones. En humanos, el sistema respiratorio consiste en las vías aéreas, pulmones y músculos respiratorios, que provocan el movimiento del aire tanto hacia adentro como hacia afuera del cuerpo. El intercambio de gases es el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono, del cuerpo con su medio.
Dentro del sistema alveolar de los pulmones, las moléculas de oxígeno y dióxido de carbono se intercambian pasivamente, por difusión, entre el entorno gaseoso y la sangre. Así, el sistema respiratorio facilita la oxigenación con la remoción contaminante del dióxido de carbono (y otros gases que son desechos del metabolismo) de la circulación.
El sistema también ayuda a mantener el balance entre ácidos y bases en el cuerpo a través de la eficiente remoción de dióxido de carbono de la sangre.
El hombre utiliza respiración pulmonar, su aparato respiratorio consta de:
Sistema de conducción: fosas nasales, boca, epiglotis, faringe, laringe, tráquea, bronquios principales, bronquios lobulares, bronquios segmentarios y bronquiolos.Sistema de intercambio: conductos y los sacos alveolares. El espacio muerto anatómico o zona no respiratoria (no hay intercambios gaseosos) del árbol bronquial incluye las 16 primeras generaciones bronquiales, siendo su volumen de unos 150 ml.
Ahora bien, lejos de las anotaciones técnicas, podríamos concluir que la función principal de nuestros pulmones es la de recibir aire del exterior y procesarlo para adquirir de este, el elemento esencial que nos brinda la capacidad de vivir mediante la respiración: El oxígeno. Así pues, cuando nuestros pulmones presentan alguna disfunción en su funcionamiento significa forzosamente que, la persona que lo padece ha sufrido en algún momento, hace seis o doce meses antes una posible amenaza (real o simbólica, es decir, que puede ser real o simplemente imaginada) del territorio.
El territorio, desde el ámbito simbólico es todo aquello que la persona considera como propio, ya sea el trabajo, la casa, la familia, el sueldo, la pareja, los hijos, el auto, la mascota, etc., entonces, cuando percibimos esta amenaza, pero sobre todo y lo más importante, evitamos hablar honestamente de ello, es cuando nuestros pulmones pueden desarrollar algún problema en su funcionamiento.
El resentir está relacionado con percibir que algo o alguien nos quita el espacio, nos quita el aliento, nos roba vida, nos roba estabilidad o simplemente, ejerce una constante manifiestación de que nos dañará o nos despojará de algo que nos pertenece, ya sea un jefe, la nueva pareja de nuestro ex esposo, los hijos de nuestra pareja actual o alguna situación real o simbólica que ponga en riesgo esa estabilidad y toda esa situación nos provoca tal tristeza, que nos sentimos “morir”, la persona puede sentir que se ahoga, que se asfixia, es una situación que le corta la respiración. Esta amenaza se vive desde el victimismo, es decir, la persona de momento no está considerando que posea las herramientas necesarias para sobrellevar el problema, sino más bien, se percibe débil y desarmado ante la situación. Cada persona expresa un síntoma derivado de un conflicto único y específico, esta información se vislumbra en la generalidad.
Los pulmones nos brindan vida, así, cuando hemos experimentado la sensación de MIEDO por perder la vida misma, podemos desarrollar incluso un cáncer. El cerebro arcaico posee instrucciones precisas, relacionadas con el propio funcionamiento del cuerpo que no necesariamente son coherentes con nuestra necesidad psíquica.
Pondré un ejemplo: “Roberto de 10 años, ha tenido algunos problemas respiratorios últimamente. Sus padres se han divorciado recientemente, su padre se ha marchado con otra familia, mientras que su madre padece y se queja constantemente de la falta de dinero y expresa abiertamente su preocupación sobre el futuro de su hijo, su madre, constantemente se encuentra deprimida, o enojada y se refiere de manera muy negativa sobre el padre frente al niño, algunas veces, ella deposita esos temores en el Roberto, a quien le manifiesta que él no podrá lograr nada en su vida ahora que se encuentran solos y sin dinero, él sabe de los problemas económicos y del riesgo a su estabilidad que esto conlleva.
En el ámbito de la cotidianidad podemos no darle importancia, sin embargo, Roberto a su corta edad ha desarrollado un miedo inconsciente a perder su casa, su habitación con sus juguetes, sus cosas, miedo a vivir en la calle, salir de su escuela, perder a sus amigos y la vida que conoce desde siempre y que le brinda tranquilidad, en casa, el ambiente es muy “tóxico”, él busca aire, sin embargo su cuerpo comienza a producir demasiada mucosidad en las vías respiratorias, en un esfuerzo por “limpiar”, filtrar o purificar el aire que respira, y las constantes flemas, intentan limpiar toda aquella toxicidad que ha entrado a su organismo”.
Recordemos que el cerebro no distingue entre lo que es real, de lo que es imaginario, así es como el organismo desarrolla procesos encaminados a devolver la estabilidad y el equilibrio, entre la mente y el cuerpo; es importante recalcar que, la manera en que cada persona percibe el mundo es muy distinta a la manera en que otra lo habrá de percibir, así entonces, lo que algunos pueden percibir como una amenaza, porque esa es la información que se encuentra en sus mapas mentales, educacionales, de creencias y de experiencia de vida, para otros puede no significar nada en lo absoluto.
Si la persona realiza un análisis exhaustivo sobre el conflicto que le ha podido provocar los problemas pulmonares y no encuentra nada significativo, tendrá forzosamente que buscar en las historias familiares que le anteceden, historias relacionadas con muertes por ahorcamientos, asfixia por gases, ahogo (en caso de producir agua en los pulmones), enfermedades respiratorias, porque entonces, la persona arrastra esa historia por una lealtad designada por el consciente familiar.
Podemos considerar hasta este punto que, enfermamos más por nuestras creencias y por la forma en que percibimos la realidad, que por los problemas mismos. Por eso, es importante expresar nuestros sentires y resentires con honestidad y arrojo, compartirlos con alguien que sea capaz de mostrarnos suficiente respeto como para escucharnos con atención y empatía, es indispensable hablar, aunque consideremos que no es importante o que a nadie le va a interesar, nuestro cuerpo siempre hará lo necesario para devolvernos ese equilibrio fundamental que nos da bienestar y nos hace funcionar en el mundo.
By Solaris de Gaia
Origen de la imagen: http://footage.framepool.com/es/shot/739575995-torso-pulmon-anatomia-organo





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